Una psicoterapia focalizada se centra en los puntos de urgencia del momento, estableciendo objetivos puntuales para resolverlos y aliviar el sufrimiento. Si bien lo habitual es que surjan otras temáticas durante este proceso, resulta muy útil identificarlas y plantear nuevas dudas y preguntas que podrán ser trabajadas en mayor profundidad en una etapa posterior, ya sea a distancia ( vía Skype ), o en un futuro tratamiento presencial en el país de origen.

Si bien es posible hacerlo, los cambios más efectivos y profundos, la prevención de recaídas y la posibilidad de suspender eventualmente la medicación cuando ya no resulta necesaria, se logran combinando ambos abordajes simultáneamente.

No solamente no es negativo, sino que muchas veces la distancia posibilita una mayor apertura para decidir realizar una primera consulta, debido a múltiples razones: menor sensibilidad a posibles prejuicios comunes en el entorno o en el país de origen, mayor libertad para abordar cuestiones relativas al vínculo con la familia nuclear, menos preocupación por la confidencialidad.

Todo lo contrario: la posibilidad de contar con un espacio para tratar los temas que producen malestar ( dificultades para la adaptación, problemas derivados de las diferencias culturales, angustia ante la separación del grupo familiar y de los amigos, etc.) favorece la capacidad de concentración en el estudio, al aliviar las preocupaciones y el sufrimiento.